Las patas de un flamenco, largas, delgadas y elegantes forman la ilustración principal de este cuadro decorativo.
El color tradicional de los flamencos, el rosa, es el punto de diseño que destaca en esta lámina decorativa donde los trazos dibujados son los protagonistas del cuadro. Una imagen expresiva a pesar de su aparente simpleza. Ese color, puede ser el punto de referencia a la hora de llevar este cuadro figurativo a casa, sirviendo de guía a la hora de combinarlo junto a otros elementos decorativos.
Puedes apoyarlo sobre un aparador, el suelo en algún rincón, una estantería o sencillamente colgarlo para vestir las paredes de tu hogar, quedará ideal con cualquier estilo de decoración.